miércoles, 29 de abril de 2009

Cartas del Emir II

Viajé de nueva cuenta al oriente medio, esta vez por voluntad propia.
Una banda de beduinos me contó que te habían visto cerca de la mezquita del desierto. No pude resistirlo y partí en tu búsqueda. El camino fue un tanto tortuoso, eso es cierto. En cualquier espejismo la mente se puede quedar, ahí, eternamente perdida y el té que probé al salir del harem, me supo a melancolia, pero no me desesperaré, llegaré pronto a la mezquita, te encontraré criatura del sol y compraré una hierba mejor.

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